A veces, un proyecto cambia de nombre porque la vida decide que es el momento de hacerlo. Y otras veces, ese cambio inesperado te obliga a recordar quién eres, qué quieres construir y qué valoras por encima de cualquier etiqueta. The Second Fraction nació de uno de esos momentos. Una fracción de segundo en la que algo se mueve, se reajusta y te invita a tomar un nuevo rumbo.
Este espacio, antes María con G, ha sido durante años un lugar para hablar de vino, gastronomía, cultura, turismo y todas esas historias que enriquecen la vida. Siempre ha sido un proyecto personal y libre, pero esta transformación lo ha hecho todavía más auténtico, más profundo, más fiel a la esencia con la que fue creado.
Un nombre con más significado del que parece
The Second Fraction es el nombre de mi agencia de fotografía, un proyecto que me ha acompañado desde hace tiempo y que se basa precisamente en esa idea fascinante de que todo sucede en un instante mínimo. La luz, el gesto, el movimiento, la mirada… una fracción de segundo es suficiente para capturar algo irrepetible y convertirlo en memoria.
Pero “fraction” también tiene otros significados. Significa parte, porción, segmento, sección, división, lo que se separa para volverse más preciso.
Y “second” no solo es el número dos: es el tiempo, la oportunidad, el renacer, el capítulo que llega después de un giro inesperado.
La segunda fracción como metáfora de fortaleza
A lo largo de la historia, la idea de la “segunda fracción” ha tenido también un sentido simbólico relacionado con la resistencia, la determinación y la capacidad de avanzar incluso cuando las circunstancias parecen adversas. Ha sido una forma de hablar de aquellos que, frente a la adversidad, decidieron mantenerse firmes, reorganizarse y continuar su camino con más claridad y propósito. No desde la confrontación, sino desde la convicción.
Ese espíritu encaja profundamente con esta nueva etapa: la capacidad de mirar hacia adelante, de adaptarse, de no rendirse, de encontrar luz incluso cuando el escenario cambia sin previo aviso.
The Second Fraction también habla de eso: de seguir, de resistir, de reinventarse sin perder el rumbo.
Un proyecto que se expande, una identidad que madura
La revista mantiene todo lo que siempre la ha definido: el vino, la gastronomía, la cultura, las entrevistas, los viajes, las historias que me encuentro por el camino. Pero ahora lo hace dentro de un marco más amplio, más libre, más afín a mi forma de trabajar y de observar el mundo.
The Second Fraction une mis dos lenguajes naturales: la palabra y la imagen. El pensamiento y la intuición. La narrativa editorial y la sensibilidad fotográfica.
Y a la vez incorpora esta idea de resistencia tranquila, de segundas oportunidades, de caminos que se abren cuando parece que se cierran, de esa fuerza que aparece cuando alguien, o algo, intenta frenarte y descubres que no te detiene, sino que te impulsa.
Cuando un cambio te devuelve a ti misma
Un cambio de nombre no cambia la esencia de un proyecto si ese proyecto tiene alma. Al contrario: puede servir para afinarlo, para fortalecerlo y para hacerlo más coherente con lo que uno quiere contar.
Eso es lo que ha ocurrido aquí. The Second Fraction es, al mismo tiempo, una continuidad y un renacimiento. Una evolución natural que surge de una circunstancia inesperada, pero que encaja con una precisión casi matemática.
Hay identidades que nacen en la calma, y otras que nacen en movimiento.
Bienvenid@ a la nueva etapa
Bienvenid@ a The Second Fraction, un lugar donde seguiré explorando historias, sabores, culturas, paisajes y personas. Un espacio que crece, se expande y se fortalece, no solo por lo que cuenta, sino por la forma en la que decide contarlo.
Aquí continúa la historia. Con más libertad. Con más sentido. Con más resistencia elegante. Y con la certeza de que las mejores cosas suceden, casi siempre, en esa fracción de segundo en la que comprendes que todo tiene un motivo.





